y algo como tú desaparece
son las seis y cinco de la tarde
y se enciende este verso como leño en los andes.
Filonilo Catalina
Escribe: Walter L. Bedregal Paz
Luis Alberto Rodríguez Castillo
(Coaza, Puno 1974)
Premio COPÉ de BRONCE 2005, con El monstruo de los cerros. Ha publicado Memorias de un degollador, (2000); La canción de la cucaracha (2003); Janaí o para cantar bajo la lluvia (2005); Poesía (2006); mereció las siguientes distinciones: Primer Premio en los Juegos Florales 1998 - 2000 de la UNSA; finalista en el Concurso de Poesía 2001 organizado por la revista Dedocrítico; en el 2003 fue antologado en el texto del Premio COPÉ de poesía; también forma parte de la antología de la XII Bienal de Poesía Premio COPÉ 2005. Actualmente dirige el programa radial Ciudad de papel y de la revista de literatura del mismo nombre, así como co-editor del sello Triángulo y Cascahuesos.
(A Manuel Scorza)
Tu casa será la misma casa
con el mismo color triste en su fachada
no tendrá
la flor parecida a tus pies que quise sembrar a la entrada
Tu casa será la misma casa
Y yo me quedaré con las ganas:
de verte llena como la luna (desnuda y solitaria)
de besar el dedo gordo de tus pies
y luego ver
como cubres con sólo tu sonrisa el mundo
Tu casa será la misma casa
Sin mi locura diaria
Sin el alboroto de los hijos que no tendremos
Sin la rosas que quise regalarte en febrero
Tu casa será la misma casa
y yo me quedaré con las ganas
de sorprender tus labios por las mañanas
de gritarte con dulzura y enojarme
sólo por el gusto de reconciliarme
Tu casa será la misma casa
y para siempre será
la tristeza con la que marcho
esta tristeza de que no tengas mi corazón para remendarlo:
con vientos de siempre
con hojas de invierno
pero con los cinco pétalos de la flor que siempre serán tus manos.
AUTORRETRATO DEL DESENCANTO
Recuerdo que yo era un joven suave como la hoja de un árbol
Recuerdo
mi desnudez de vereda frente al público
mi bella y roja pobreza de geranio en macetero
mis versos malos
las canciones que dedicaba a las niñas que a cambio
me regalaban un adiós como un caramelo sobre los labios
ahora soy un tiro al blanco
una de las tantas pistas que permanecen inconclusas sin asfalto
un vago e mierda que no ha logrado domesticar sus manos
y se pasa la vida deseándole la muerte a todos los presidentes
soñando
con un premio que me pueda comprar la casa, la mujer
y los gorditos y blancos hijos del vecino
que me mira con pena y no sabe si responderme al saludo o
mandarme a la mierda
Recuerdo que quise honradamente ganarme el pan
Recuerdo también
Que quise honestamente –
Conquistar una mujer
Ahora me contento cuando hay días que llueven y
cuando hay días que no llueven me contento también
cuando me dan un beso en vez de un pan y
cuando me dan un pan en vez de un beso también.
Poema Celeste
Celeste es una mujer que adorna
como un arte que bambolea sus 18 quilates – las feas calles de Lima
Celeste tiene:
desnudos los zapatos
y una mirada irreconciliable
a Celeste se le podría vender como estampita de Santa
en la puerta de cualquier Iglesia
pero ella cobra 15 soles en una avenida
y da con su rostro estampado en el frío
Celeste gira y da con la vida
(15 soles y la misma avenida)
Celeste se va se viene
y se detiene para poder pasar
Celeste repite los días
y las calles repiten a Celeste todos los días
Celeste se mete
la noche al bolsillo trasero y
ensaya una sonrisa capaz de alojar esa Av. que transita su vida
Celeste aprendió desde muy niña
el arte de atravesarle
alfileres a los sueños mientras se está dormido
y dejarlos – a los sueños –
quietecitos sin que puedan mover sus alas
es de noche
y Celeste abre las piernas
con la misma destreza con que una lechuza extiende sus alas.
POEMA PARA QUE NO TE ACUERDES DE MÍ
Para que no te acuerdes de mí
acuérdate de lo tonto que soy
Acuérdate:
de lo torpe que soy bailando salsa
de mis estúpidas borracheras
de lo infiel que he sido
Acuérdate
de lo celoso y furioso que estoy
y no te olvides
aquella vez
que te puse encima la mano
ni
de lo animal que soy cuando te cojo
Tampoco
mi costumbre de escupirle al mundo en el centro de sus plazas
mucho menos
te olvides del desorden de mi cama i de mi cara
Para que no te acuerdes de mí
acuérdate de lo poco ambicioso que soy
Y que nunca tendré profesión ni casa
acuérdate
de lo infantil que soy escribiendo versos
Pidiendo
prestada tu voz para despertar a las hormigas
Pero sobre todo
¡NO TE OLVIDES!
de lo peligroso que es vivir
con un hombre que se pasa todo el día
P e n s a n d o e n t i
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(*) Parte de este texto está inmerso en el libro Aquí no falta nadie, antología de poesía puneña de Walter L. Bedregal Paz. Grupo Editorial "Hijos de la lluvia" & LagOculto Editores. 2008.
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