lunes, 25 de agosto de 2008

Filonilo Catalina *


Miro el horizonte
y algo como tú desaparece
son las seis y cinco de la tarde
y se enciende este verso como leño en los andes.
Filonilo Catalina


Escribe: Walter L. Bedregal Paz

Luis Alberto Rodríguez Castillo
(Coaza, Puno 1974)


Premio COPÉ de BRONCE 2005, con El monstruo de los cerros. Ha publicado Memorias de un degollador, (2000); La canción de la cucaracha (2003); Janaí o para cantar bajo la lluvia (2005); Poesía (2006); mereció las siguientes distinciones: Primer Premio en los Juegos Florales 1998 - 2000 de la UNSA; finalista en el Concurso de Poesía 2001 organizado por la revista Dedocrítico; en el 2003 fue antologado en el texto del Premio COPÉ de poesía; también forma parte de la antología de la XII Bienal de Poesía Premio COPÉ 2005. Actualmente dirige el programa radial Ciudad de papel y de la revista de literatura del mismo nombre, así como co-editor del sello Triángulo y Cascahuesos.



LA CASA LLENA DE UN VACIO


(A Manuel Scorza)


Tu casa será la misma casa

con el mismo color triste en su fachada

no tendrá

la flor parecida a tus pies que quise sembrar a la entrada

Tu casa será la misma casa

Y yo me quedaré con las ganas:

de verte llena como la luna (desnuda y solitaria)

de besar el dedo gordo de tus pies

y luego ver

como cubres con sólo tu sonrisa el mundo

Tu casa será la misma casa

Sin mi locura diaria

Sin el alboroto de los hijos que no tendremos

Sin la rosas que quise regalarte en febrero

Tu casa será la misma casa

y yo me quedaré con las ganas

de sorprender tus labios por las mañanas

de gritarte con dulzura y enojarme

sólo por el gusto de reconciliarme

Tu casa será la misma casa

y para siempre será

la tristeza con la que marcho

esta tristeza de que no tengas mi corazón para remendarlo:

con vientos de siempre

con hojas de invierno

pero con los cinco pétalos de la flor que siempre serán tus manos.




AUTORRETRATO DEL DESENCANTO


Recuerdo que yo era un joven suave como la hoja de un árbol

Recuerdo

mi desnudez de vereda frente al público

mi bella y roja pobreza de geranio en macetero

mis versos malos

las canciones que dedicaba a las niñas que a cambio

me regalaban un adiós como un caramelo sobre los labios

ahora soy un tiro al blanco

una de las tantas pistas que permanecen inconclusas sin asfalto

un vago e mierda que no ha logrado domesticar sus manos

y se pasa la vida deseándole la muerte a todos los presidentes

soñando

con un premio que me pueda comprar la casa, la mujer

y los gorditos y blancos hijos del vecino

que me mira con pena y no sabe si responderme al saludo o

mandarme a la mierda

Recuerdo que quise honradamente ganarme el pan

Recuerdo también

Que quise honestamente –

Conquistar una mujer


Ahora me contento cuando hay días que llueven y

cuando hay días que no llueven me contento también

cuando me dan un beso en vez de un pan y

cuando me dan un pan en vez de un beso también.


Poema Celeste

Celeste es una mujer que adorna
como un arte que bambolea sus 18 quilates – las feas calles de Lima

Celeste tiene:
desnudos los zapatos
y una mirada irreconciliable
a Celeste se le podría vender como estampita de Santa
en la puerta de cualquier Iglesia
pero ella cobra 15 soles en una avenida
y da con su rostro estampado en el frío

Celeste gira y da con la vida
(15 soles y la misma avenida)
Celeste se va se viene
y se detiene para poder pasar

Celeste repite los días
y las calles repiten a Celeste todos los días

Celeste se mete
la noche al bolsillo trasero y
ensaya una sonrisa capaz de alojar esa Av. que transita su vida

Celeste aprendió desde muy niña
el arte de atravesarle
alfileres a los sueños mientras se está dormido
y dejarlos – a los sueños –
quietecitos sin que puedan mover sus alas
es de noche
y Celeste abre las piernas
con la misma destreza con que una lechuza extiende sus alas.


POEMA PARA QUE NO TE ACUERDES DE MÍ


Para que no te acuerdes de mí

acuérdate de lo tonto que soy


Acuérdate:

de lo torpe que soy bailando salsa

de mis estúpidas borracheras

de lo infiel que he sido

Acuérdate

de lo celoso y furioso que estoy

y no te olvides

aquella vez

que te puse encima la mano

ni

de lo animal que soy cuando te cojo


Tampoco

mi costumbre de escupirle al mundo en el centro de sus plazas

mucho menos

te olvides del desorden de mi cama i de mi cara


Para que no te acuerdes de

acuérdate de lo poco ambicioso que soy


Y que nunca tendré profesión ni casa

acuérdate

de lo infantil que soy escribiendo versos

Pidiendo

prestada tu voz para despertar a las hormigas

Pero sobre todo

¡NO TE OLVIDES!

de lo peligroso que es vivir

con un hombre que se pasa todo el día

P e n s a n d o e n t i


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(*) Parte de este texto está inmerso en el libro Aquí no falta nadie, antología de poesía puneña de Walter L. Bedregal Paz. Grupo Editorial "Hijos de la lluvia" & LagOculto Editores. 2008.

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