sábado, 2 de agosto de 2008

Alejandro Peralta *





Pobre Antuquita

todo el día detrás de la majada.

Hecha un ovillo sobre las piedras,

se ha ido tan lejos.

Se va a quedar en media pampa,

acorralada entre los cerros.

Alejandro Peralta




Escribe: Walter L. Bedregal Paz


Alejandro Peralta Miranda

(Puno, 1899 - Lima 1973)



Es uno de los más grandes poetas vanguardoindigenistas puneños. Poetas como Vallejo, Eguren y Chocano se expresaron con admiración sobre la poesía de Alejandro Peralta. Sus obras Ande (1926), El Kollao (1934), Poesía de entretiempo (1968), Tierra-aire (1971) y Al filo del tránsito (1974), constituyen la mejor voz indígena de la poesía del Perú.


El hermano menor de Arturo Peralta (Gamaliel Churata) también destacado alumno del maestro José Antonio Encinas. Publica sus versos en distintas revistas literarias de la época, Amauta y el Boletín Titikaka, fueron los que más resaltaron su verso poético. Su poesía alcanza puntos desequilibrantes de logro, lo cual le permitió obtener en el año de 1961 El Premio nacional de Cultura, con su libro de Poesía de Entretiempo (1968). Publicó más de cinco libros, entre los que destacan Ande y Kollao (1934), por tener estos rasgos y cortes de surrealismo que hallamos en sus páginas, sobre todo en Ande, circundando lo telúrico y la vanguardia; Tierra Aire; un libro de menor pureza estética que Ande, pero de mayor ímpetu revolucionario fue El Cal, poco conocido en nuestro entorno, pero de lectura paciente en el país hermano de Bolivia, para finalmente tener Al filo del tránsito, publicado para una edición póstuma por el Instituto Puneño de Cultura con sede en Lima.



LAS BODAS DE LA MARTINA



En una esquina de la noche

está danzando

la bandera

de fuego del festejo

quiebran las sombras como látigos

veinte ojotas borrachas

EL CHARANGO SALE A GRITAR A LA PUERTA

Se ha casado

la Martina


Las estrellas como avispas sobre las fogatas

El kolly

de la quebrada

se ahoga dentro la noche


la Martina sabía removerle las venas con sus ojos


Toda la noche la música sobre los cerros


como sankayos

como clavelinas

BOM BOM BOM BOM

Ahora es el bombo que levanta terrales de alegría

El cuarto está alumbrado de gritos


La Martina le ha cosido la boca al Inocencio

tienen las venas hinchadas de pitos y tamboriles

en la parroquia han temblado como las totoras

se le fugaron los ojos con el incienso por la claraboya

en el camino querían prenderse de los gorriones

De madrugada la Martina encontraba al Inocencio entre los los riscos


desenredando la mañana y se iban cuesta arriba

dejaban ardiendo el cerro


BOM BOM BOM BOM


Los novios están bailando un waiñu de llamaradas

LA MARTINA LA MARTINA LA MARTINA

LA M A R T I N A LA M A R T I N A LA MARTINA

la

mar

ti

na


EL ALBA ESTÁ CANTANDO EN LAS VERTIENTES



Influenciado por los informes de Mariátegui sobre los últimos sucesos del mundo literario, Peralta que en ocasiones había firmado como Alfonso Cajal, es “… vanguardista a su modo, sus versos recogen el sentimiento, tristeza y desolación cargado por imágenes ilusionistas, que entremezclan la naturaleza, y desde luego, la independencia de su fe creadora, entre elocuente, plástica y surrealista” (Toro Montalvo César, 1988, p. 613).

Su poesía es vital y renovadora para los albores del indigenismo, Toro Montalvo y Luis Monguió dicen sobre los versos de Peralta, en los que hay elocuencia, plasticidad, surrealismo y amor al indio y al altiplano.

En el Prólogo de Poesía de Entretiempo Adalberto Varallanos refiere su pensar: “Si César Vallejo, de quien se diferencia en el espíritu y en la visión, es un poeta expresador de la angustia y de la tortura del alma indígena; Peralta es un interpretativo, un colorista o itinerario de los paisajes andinos. Aparte de la luminosidad de sus metáforas y de la limpidez de sus versos, que pone ante el lector la emoción y visión de los pueblos del Sur, es un poeta de cierto fatalismo ancestral”. (1968, p. 5).

Su obra póstuma Al filo del Tránsito (1974), refleja al indio y el paisaje altiplánico como protagonistas primordiales.


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(*) Parte de este texto está inmerso en el libro Aquí no falta nadie, antología de poesía puneña de Walter L. Bedregal Paz. Grupo Editorial "Hijos de la lluvia" & LagOculto Editores. 2008.

(**) En la fotografía, Alejandro Peralta el poeta, a lado de Demetrio Peralta (Diego Kunurana), el pintor. Una cortesía de Pedro Pineda Aragón.


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