miércoles, 2 de julio de 2008

Desterritorialización de las palabras



La poesía puneña ha tenido un despliegue sorprendente. Los poetas de este altiplano peruano organizaron sus perspectivas líricas bajo el presupuesto inicial del compromiso estético-ieológico con la poesía, aquella que partió con las vanguardias, pero también desde aquel lugar donde el trabajo con la palabra se torna en un algo que irradia vitalidad comprobable en los versos mostrados en esta antología.
El poeta no cre en existencias divinas, cree en las palabras que desestructuran y recrean al mundo en imágenes. Cree también en la poesía, sin duda, cree en la disolución de las distancias y la conclusión de las eternidades. Por eso, es innegable que la mejor manera de conocer la obra de un poeta sea leyendo sus poemas, entrando a su mundo de puntillas, por esas representaciones de la memoria. El poeta sabe que la poesía no concluye. Ella sigue aquí incontable, intocable, intrasferible, inmortal.
La antología Aquí no falta nadie reúne las voces de 21 poetas, desde Alejandro Peralta y Oquendo hasta Rubén Soto y Luis Rodríguez, considerando a Zaga, Aramayo, Alfredo Herrera, Darwin Bedoya y otros que han publicado poeía. Aquí no se ha seleccionado voces que necesariamente hayan publicado libros y libros carentes de rigor poético y, además, auspiciados por municipios o certámenes tribales. Lo importante es saber que todo está escrito para comenzar a crear una indiscutible poesía o saber perfectamente que todo lo inalcanzable se llama poema. Esta antología no es el fruto de un complejo y luminoso entrecruzamiento de discursos, es el resultado de una multiplicidad de convergencias, sobre todo, estéticas.

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