Cuando lo conocí, sabía desde que cruzamos palabras, que el libro que me traía entre manos tenía que volverlo disconforme, porque si me conformaba con lo que estaba escrito, seguro sería una publicación más que fracasaría, pero no esta antología que tenía un hálito esperanzador para las letras puneñas, más para la poesía, y por ello el resultado: Un éxito. Me alegro por Walter Bedregal, porque cuando alguien sabe algo de verdad le es muy fácil explicarlo, y Bedregal Paz es un genio compilador de poesía. Sonriendo y bromeando, acaba de poner patas arriba a todo lo que nos habían hablado y enseñado de nuestra poesía – la del altiplano puneño -, en una palabra, alborotó las aguas mansas del lago sagrado de los Incas, que dormía y soñaba esperando alguien que agite sus aguas, junto a un compilador y por supuesto un editor, para una real antología.
Lo demuestra en el libro Aquí no falta nadie, Antología de poesía puneña (Grupo Editorial “Hijos de la lluvia” & LagOculto editores - 2008), esperamos auditórium entregados para que luego de sus presentaciones lo cuenten como una maravillosa y estimulante fábula infinita de nuestra buena poesía. Le echamos un vistazo y nos quedamos enganchados: primero porque lo entendimos, aunque somos de letras y luego, porque deja sin significado todas nuestras prisas por escribir, leer y aprender a entender el espíritu que se esconde detrás de un poema.
El hecho de que la presentación de Aquí no falta nadie, Antología de poesía puneña (El libro esperado) se haya producido con una primera entrega de apenas 1,000 ejemplares, se debe a la amistad del escritor tacneño con su editor - él que escribe estas líneas. Los críticos peruanos serán los primeros que podrán echar un vistazo al nuevo libro de Bedregal. La crítica se muestra entusiasmada, aunque con algunas reservas: Un libro apasionante, repleto de poesía y sólo poesía nuestra, la de nuestro altiplano puneño y al mismo tiempo y casi en la misma medida impresionantemente entretenido, según mi opinión aparte.
El Katari (Boletín, Nº 10, junio, 2008) elogía desde ya la obra de Bedregal y lo define como un libro de ilusionismo construido con virtuosismo y extraordinario nivel, desde el punto de vista poético, pero crítica por sus malabarismos y grandes preguntas sobre poesía, la existencia, muerte y resurrección son los que a la larga dejan a la intemperie una esencia patética para nuestra historia poética de Puno, de autores que esperamos superen su crisis existencial.
En el libro Aquí no falta nadie, Antología de poesía puneña, hay que señalar que está excelentemente construido, investigado, estudiado, con un final trágico – para algunos pseudos-poetas y positivo al mismo tiempo –.
Desde 1996, Walter Bedregal – me comentó – se sometió a la disciplina de escribir y a investigar, estudiar y compilar poesía, sólo para vivir en propia carne este género, que ahora Bedregal hace brillar. Desde Acabemos de una vez con la poesía (Primer título de la antología), luego Seductores de la luna escribiendo bajo la lluvia de otros equinoccios; para después Seductores de la luna de otros equinoccios, y luego con Seductores de la luna, que quedaron sepultados en su portapapeles. Ahora acaba de aflorar, con lucidez de juicios, formulados en días densos y tensos, concluyendo en una frase que sonará cruel – para algunos poetas Aquí no falta nadie (Título final del libro), admitiendo - Bedregal - públicamente no estar equivocado con los antologados (entre los consagrados y novísimos) y así pueda determinar qué es poesía.
Y escribiremos entonces que Bedregal ha hecho más por nuestra literatura puneña que todos los estudiosos juntos, entre los que siempre quedaba en minoría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario